'Guerra de formatos': invención y evolución del cine doméstico

La película 'Dejar el mundo atrás' (Sam Esmail, 2023) ha sacado a la palestra un debate que ya parecía obsoleto: El consumo de cultura en formato físicoQuizás ya no tenga la importancia de antaño debido al streaming y al formato digital, pero la guerra de formatos ha sido un campo de batalla arduo e interesante para la industria del entretenimiento. 

Actualmente, se nos lanzan presuntos mensajes de como Netflix y compañía están siendo poco rentables independientemente de las fortunas que amasan, y se especula que sus perdidas suman millones cada año, provocando reestructuraciones y cambios de cuotas de forma continua. Si todo esto fuera cierto, no sería de extrañar que el siguiente movimiento de estas siga pasando por reestructuraciones que favorezcan mayor rentabilidad de estos servicios, y tarde o temprano, acabaremos sin la accesibilidad que hoy nos proporcionan, con un formato físico revitalizado de vuelta a nuestros hogares, dejando internet como otra alternativa al consumo referente del audiovisual, pero no como claro ganador.

Personalidades como Christopher Nolan aun defienden a capa y espada el consumo del formato físico, donde su amor por el analógico trasciende la barrera del coleccionismo y la comodidad de las plataformas. No en vano, la psicología y ciencia moderna dan el merito al formato físico de provocarnos sensaciones y respuestas emocionales que con el digital no se dan; probablemente, también lo hayas sentido.

Muchos expertos en el medio confirman que el formato físico no morirá nunca, sino que su distribución pasará por empresas externas ajenas a las Majors, que se dedicarán a la distribución de formatos físicos con pequeñas tiradas como ya está ocurriendo, por ejemplo, en el mercado del gaming con empresas como 'Meridiem Games'. 

Y es que, desde hace unos cuantos años, es el propio mercado del gaming quien lleva la batuta en esto del cine en casa. Empresas como Sony o Microsoft enfocaron todos sus esfuerzos para que sus consolas de nueva generación fueran concebidas como centros de entretenimiento, y mentalizar así a posibles consumidores de que tener una de ellas no solo supondría poder jugar, sino trascender y ser la columna vertebral ociosa de las residencias donde hubiera una. Su lucha era la competición ardua de convencer a todo el mundo de que el formato que utilizaban sus juegos era el idóneo para que se distribuyeran y adquirieran películas, y así retroalimentar el mercado de consumo, y ante todo, tener otro motivo por el que comprar una de sus consolas. Tanto era la fuerza del cine en casa como motivo de compra de una de estas, que cuando antaño comprabas una videoconsola que viniera en pack, esta no traía uno o varios juegos, sino una o varias películas. Pasado el tiempo, se vio viable la opción de la distribución digital, que era MUCHO más rentable que el formato físico, y una oportunidad para los creadores independientes de que sus obras de poco presupuesto pudieran llegar fácilmente a más lugares. Viendo la trayectoria de aceptación general del ya mencionado en otro artículo Steam de Valve, sería un despropósito por parte de las productoras audiovisuales no aprovechar esta bonanza económica; y la mayoría llegaron tarde a la idea, porque no confiaban en que el consumo digital prosperara.

Y llegamos entonces a este punto en el que, como ocurría en la película de Sam Esmail y en otras tantas obras de corte catastrofista como la serie patria 'Apagón' (2022) o la fabulosa 'El Colapso' (2021), el día que deja de funcionar un servidor de internet, la gran mayoría no sabemos reaccionar y nos vamos percatando por el camino de que todo funciona por wifi.

Mientras esperamos el resurgir analógico (por amor o por catástrofe), reflexionamos sobre la evolución del campo en el cine doméstico, una guerra del pasado que trajo de cabeza a la industria y que ha colocado a las grandes productoras del entretenimiento en el lugar que hoy ocupan.


El oportunismo y la suerte de los Hermanos Lumiere


Es Vox populi que el inicio del cine se lo debemos a los hallazgos de dos hermanos franceses. Auguste y Louis Lumière son los contribuyentes más recordados con la invención del Cinematógrafo, un dispositivo que era capaz de grabar imágenes en movimiento, y a su vez, también de proyectarlas en una pantalla para una audiencia, haciendo de él un dispositivo portátil (en lo que cabria esperar de la época) y versátil. El padre de la familia Lumière era un exitoso fabricante de productos fotográficos, y los hermanos Lumière se aventuraron en el campo de la fotografía debido al impulso familiar, dando como resultado la gestación del séptimo arte.

En 1894, los hermanos Lumière patentaron el aparato que combinaba cámara y proyector en un solo dispositivo. La realidad, como muchos inventos de la época, es que los impulsores del invento no fueron sus descubridores, simplemente potenciaron otro invento existente que llegó a sus oídos gracias a su acercamiento al mundo de la fotografía: el Kinetógrafo y el kinetoscopio de Thomas Edison y William K. L. Dickson.


Edison y Dickson: La inspiración de los Lumiere


El Kinetógrafo fue inventado por William Kennedy Laurie Dickson, un estrecho colaborador del laboratorio de Thomas Edison. Dickson fue la persona clave en el desarrollo de muchas de las primeras tecnologías relacionadas con el cine y a quien realmente se le debe atribuir el invento de la cámara de cine como tal. El Kinetógrafo fue patentado en 1891 y fue el dispositivo utilizado para la filmación de imágenes en movimiento. La tecnología, sencilla a la par que revolucionaria, consistía en un artefacto que conseguía disparar un número de fotografías consecutivas que, pasadas por un visor a gran velocidad, daba la sensación de ver una imagen moverse. El visor en cuestión, es la segunda patente que gestionaron: el Kinetoscopio.

El Kinetoscopio es atribuido a Thomas Edison, apoyado e inspirado por su compañero de investigación William K. L. Dickson, que patentaron el invento también en 1891. El Kinetoscopio era una máquina que permitía a una sola persona ver películas cortas a través de un visor. Los espectadores de la época ingresaban a una sala oscura, introducían una moneda en el aparato y miraban a través del visor mientras la película se movía frente a sus ojos, dando la sensación de cuerpo en movimiento. Las películas mostradas en el Kinetoscopio eran cortas y normalmente tenían una duración de unos 40 segundos como máximo.

Si de algo estamos seguros históricamente, es que Edison y Dickson se convirtieron en las primeras personas en cobrar por ver una imagen en movimiento y de hacer lo más parecido a una distribución, porque el artefacto de marras fue expuesto por ferias para que la gente conociera sobre la existencia del invento que los Estadounidenses habían realizado, poniendo al país, una vez más, como pionero en el descubrimiento de una tecnología realmente novedosa. O tal vez no lo era tanto.


Eadweard Muybridge: La inspiración de Edison Dickson

Si has visto 'Nop' (Jordan Peele, 2022), reconocerás fácilmente esta historia. En realidad, la invención de Dickson y Edison está basado en la idea de un fotógrafo experimental: Eadweard Muybridge

Muybridge fue el inventor del bautizado como Zoopraxiscopio en la década de 1870. Muybridge es conocido por sus estudios sobre el movimiento animal y humano, particularmente su serie de fotografías de caballos en movimiento. El invento en cuestión, que formaba parte de su colección fotográfica, consistía en un tambor giratorio que sostenía una serie de fotografías dispuestas en secuencia. Cuando el tambor giraba rápidamente y las imágenes se proyectaban a través de una luz estroboscópica, creaba la ilusión de movimiento. El invento no tuvo tanto impacto y no trascendió ya que se trataba de un estudio de la fotografía del movimiento animal de un fotógrafo profesional y no de índole comercial como tal, pero podríamos afirmar que este Zoopraxiscopio fue el precursor del cine y sentó las bases para el desarrollo de tecnologías de proyección de imágenes en movimiento. 


Los hermanos Lumière: La competencia de los hermanos Skladanowsky

El 28 de diciembre de 1895, en París, los hermanos Lumière organizaron la primera proyección pública pagada de películas con su Cinematógrafo; los Lumière lo fueron los pioneros en realizar un proyección de cine en sala como lo conocemos hoy, y es que el punto fuerte del Cinematógrafo era la capacidad de proyectar una película en una pantalla, dando la oportunidad a un grupo de personas de ver un film, todos al mismo tiempo

Esta histórica exhibición, que tuvo lugar en el Salon Indien du Grand Café, proyectaba una serie de cortometrajes, cada uno de aproximadamente 50 segundos de duración. Entre ellos, se encontraban 'La Sortie de l'Usine Lumière à Lyon' y 'L'Arrivée d'un Train en Gare de La Ciotat', hoy iconos dentro de la historia del cine.

La proyección del Cinematógrafo Lumière marcó el comienzo de la era del cine moderno y el nacimiento de la cinematografía como forma de entretenimiento y arte, pero otras personas tuvieron una idea parecida gestada de forma paralela bajo una premisa inteligente: ¿Porqué la cámara y el proyector debían estar unidos si en realidad, con transportar la "película" a un proyector que estuviera fijo en un lugar sería menos engorroso?.

Así nace el Bioscopio, un sistema de proyección de películas desarrollado por los hermanos Max y Emil Skladanowsky, dos inventores alemanes. Se presentó públicamente por primera vez en Berlín el 1 de noviembre de 1895, varias semanas antes de la primera proyección pública de películas de los hermanos Lumière en París.

El Bioscopio se convirtió en un competidor directo del Cinematógrafo de los hermanos Lumière. Sin embargo, a diferencia del Cinematógrafo, que era un dispositivo multifuncional capaz de filmar, proyectar y copiar películas, el Bioscopio era tan solo un proyector. El sistema utilizaba una serie de discos de vidrio con imágenes grabadas en sus bordes que se proyectaban mediante una luz estroboscópica, una invento a medio camino entre el experimento de Muybridge y el proyector del cinematógrafo de los Lumière.

El Bioscopio no tuvo el mismo impacto que el Cinematógrafo de los hermanos Lumière. La proyección pública del Cinematógrafo en París captó la atención mundial y marcó el inicio de la era moderna del cine, mientras que el Bioscopio quedó completamente eclipsado, a pesar de que a día de hoy, es lo más cercano conceptualmente al artilugio que se usa en las salas de cine para proyectar una película. 

La causa del éxito del Cinematógrafo por encima del Bioscopio fue el formato de la película. Protocineastas como George Melies utilizaron el invento de los Lumière como base para su trabajo, estandarizando forzosamente el tipo de película que utilizaba esta cámara (de 35 mm) para que en todos los lugares donde se proyectasen sus películas, estuvieran ajustadas al tamaño necesario para la misma. Por ende, todos los cineastas de la época se vieron arrastrados a utilizarla y dar la facilidad de proyección a las salas de cine.


El cine en casa y la guerra de formatos

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, varios inventores realizaron experimentos relacionados con la transmisión de imágenes a distancia. Entre ellos, sería obligatorio mencionar a Paul Nipkow, quien inventó el disco de exploración (también llamado Disco Nipkow) en 1884; y también a Boris Rosing y Vladimir Zworykin, quienes trabajaron en sistemas de televisión electrónica en la década de 1910. 

En la década de 1920, John Logie Baird, un inventor escocés, logró transmitir imágenes de televisión utilizando un sistema mecánico basado en el disco Nipkow. En 1926, Baird realizó la primera transmisión de televisión reconocida públicamente en Londres

En paralelo al trabajo de Baird, varios investigadores estaban desarrollando sistemas de televisión electrónica que utilizaban tubos de rayos catódicos (CRT). Uno de los más destacados fue Philo Farnsworth, un inventor estadounidense que demostró el funcionamiento del primer sistema de televisión totalmente electrónico en 1927. 

En la década de 1940, Guillermo González Camarena, un inventor mexicano, desarrolló un sistema de televisión a color, mientras que en 1949, la cadena CBS realizó la primera transmisión pública de televisión a color en los Estados Unidos

Para la década de 1950, se establecieron estándares para la televisión en blanco y negro y a color, y la televisión se convirtió en un medio de comunicación de masas. Las ventas de televisores aumentaron rápidamente en todo el mundo, y la televisión se convirtió en una parte integral de los hogares. Es en este punto de la historia el momento en el que se empieza a fraguar la reproducción de cine domestico.


- VR-1000: El inicio de la televisión grabada


En los inicios de la televisión, todos los programas de la parrilla eran en directo. Eran notables los problemas de continuidad, así que se intentó idear un sistema que permitiera grabar los directos para tener algo que poner en la parrilla cuando no hubiera programación, o incluso, grabar programas y ponerlos no siendo emitidos en directo. Es así como, en el año 1956, nace el primer magnetoscopio, coloquialmente conocido como grabador/reproductor de video.


El primer magnetoscopio lo fabricó la empresa Ampex, el VR-1000, un dispositivo de un tamaño desproporcionado que fue utilizado para la grabación de programas y su emisión. Fue recibido con bastante desprecio, pero no tardó en hacerse hueco en varias cadenas de televisión.


- 'CV-2000': El primer equipo de grabación y reproducción portátil

Sony, con la intención de realizar la hazaña de hacer el primer equipo de reproducción utilitario de la historia y emular un estudio de televisión con una cámara y una VR-1000 miniaturizada, creó en 1965 el modelo CV-2000 (serie apodada como Portapak), el primer equipo grabador-reproductor de cintas magnéticas portátil de la historia. Estas cintas, de media pulgada de diámetro y que grababan 60 minutos en blanco y negro a 200 líneas de resolución, fueron una autentica revolución, aunque muy caras y poco accesibles a un público general. Justo cuando podían ser comercialmente viables (porque construirlos tenia un coste menor), ya se encontraban desfasados por otros modelos de más resolución.


Este equipo acabó siendo utilizado por reporteros de cadenas televisivas y cineastas primerizos, pero si por algo es recordado este equipo, es por ser usado por activistas políticos para generar contra información televisiva; uno de los grupos más conocidos fue Guerrilla TV, un colectivo dedicado a hacer una televisión muy cruda, fuera del formalismo comercial de las cadenas de televisión.


'EVR': El primer reproductor doméstico


En el año 1968 y tras su gran experiencia con equipos de reproducción como el VR-1000, la cadena de televisión CBS anunció estar trabajando en un reproductor casero que podía acoplarse a cualquier televisión y reproducir cintas especificas que se venderían para el aparato, que podían ser desde programas hasta películas. Las cintas en cuestión eran, a simple vista, muy similares al formato que se usaba en las cámaras de video portátiles (cintas de 8 mm), pero cuando lo mirabas más de cerca, la cinta era completamente distinta.


Para que la cinta fuera estándar en su formato y que todas tuvieran la misma forma y tamaño, respetando ser lo más compacta posible y que a su vez no plagiara ninguna patente, la cinta de 8mm dividía cada fotograma en 2 mitades; la mitad izquierda era leída en la primera pasada, y una vez el reproductor llegaba al final de la bobina, el reproductor rebobinaba la cinta y reproducía la parte derecha (algo parecido a lo que ocurriría en el futuro con los casetes de música).

Este fue el primer intento serio de acercar a las casas un sistema de cine domestico con el modelo de negocio de hoy día. La patente era de la CBS, pero podían ser fabricados por empresas de electrónica pagando su pertinente licencia. Conocidas empresas como Hitachi o Motorola fabricaban los modelos de EVR que se comercializaron, pero de nuevo, era un dispositivo tan caro que nadie se lo podía permitir. Además, las cintas, tan particulares como eran, costaban alrededor de 100 dólares; fue por esa razón que cesaron su producción en 1971, con la llegada de un formato competidor que era mejor y más accesible.


'U-matic': El fin de las bobinas


De nuevo, Sony da el bombazo con un formato que sienta cátedra. El principal problema que se veía en los sistemas hasta entonces era el hecho de que el usuario tenia que estar pendiente de la bobina y requería de mucha interacción para ponerla en el reproductor. Es por ello que en el año 1971, sacan al mercado el U-matic, el primer sistema de reproducción que funcionaba con una cinta de casette


El valor de estas cintas no era muy elevado (no pasaba de los 30 dólares), con una capacidad de 60 minutos a 250 líneas de resolución, con sonido en estéreo. El reproductor en sí era todavía algo caro para la gente de a pie, pero encontró un claro hueco en el mercado profesional por la facilidad de manipulación del casette, ya que por fin, se acabaría el estar enrollando bobinas.

'Avco Cartrivision': El bizarro antecesor del combi y el surgir del videoclub



Otro sistema curioso donde los haya es el creado por Cardrige television, el llamado Cartrivision, lanzado en el año 72. A efectos prácticos, es un televisor CRT que tenia una unidad de casette integrado de lo más particular. Estos Casetes solo podían reproducir cintas especiales que estaban adaptadas a su sistema patente; estas cintas se vendían en unas tiendas especiales que llamarían "videoclubs", y tenían la particularidad de que solo podían reproducirse una sola vez; la unidad no tenia función de rebobinado para ellas. Una vez devueltas, el videoclub se encargaría de rebobinarlas con una maquina rebobinadora; si eras lo suficientemente rico, podías adquirir una de estas.


El producto, dado todo el sistema que incluía, era caro y muy dependiente de si mismo, por lo que cesó su fabricación bastante rápido, en el año 1974, con la llegada de un sistema más accesible, aunque no mucho más revolucionario.


'V-cord': El olvidado de la gran guerra de formatos



El V-Cord fue un dispositivo creado por Sanyo en el año 1974. El leit motiv de este era ser un dispositivo que se pudiera conectar a cualquier televisión (como el U-matic de Sony) pero con algunas ventajas y desventajas.

El modelo era capaz de grabar imagen y sonido de la propia televisión, teniendo dos modos para ello: un modo que grababa la imagen a máxima calidad, y un modo que doblaba la cantidad de minutos que ofrecía la cinta a cambio de sacrificar tiempo de refresco de la imagen. Además, permitía grabar y reproducir a diferentes velocidades.


Existieron dos modelos del mismo en el mercado; el V-Cord I, que no tenia función de rebobinado (como el Cartrivision) y el V-Cord II, que tenia cintas más espaciosas y ya poseía la función de rebobinar la cinta sin necesidad de un dispositivo externo. Cuando el V-Cord II apareció con estas nuevas ventajas, ya era demasiado tarde. Estaba fuera de mercado con la llegada de los dos verdaderos rivales en la lucha por ser el formato estándar.


'TED': El primer acercamiento al disco


La más diferente de las tecnologías y la única en la época que NO estaba basada en celuloides fue el TED (Television Electronic Disc), un sistema de vídeo desarrollado por la compañía alemana Telefunken y la discográfica Teldec. Como ya se puede intuir al haber una discográfica detrás, la tecnología de este se basaba en discos PVC con surcos, con la particularidad de estar recubiertos de aluminio, una tecnología similar a los discos de vinilo y a medio camino del CD.


Este particular formato estaba caracterizado por ser un disco de PVC blando. que venia dentro de una caja con la que manipular el disco y evitar romperlo. La caja donde se encontraba el disco de PVC era introducido por una ranura situada en el frontal del reproductor, que se encargaba de sacar el disco en el lector; de esta forma se evitaba el desgaste excesivo, que era el principal problema que esta tecnología podía tener. A parte de esto, si bien su calidad era más que aceptable, la duración que podía almacenar era muy poca: tan solo 10 minutos por cara. Esto último, sumado a que compartió mercado con dos titanes, lo dejaron rápido fuera de combate.


'Betamax': Ser el mejor no te hace vencedor


Sony, con la intención de sustituir su U-matic y hacer un estándar que realmente fuera competitivo, saca al mercado el Betamax, en el año 1975. El modelo mejoraba la calidad de la imagen drásticamente en relación a su competencia, sus cintas eran más o menos asequibles a pesar de la corta duración para la época (los mismos 60 minutos de hace años) y como es natural en Sony, se hizo un hueco directo en el mercado entre los profesionales del video, donde encontró su público.


La realidad es que el Betamax no fue un formato muy popular, pero si fue uno de los más persistentes en la lucha de la guerra de formatos, y es que, objetivamente, él era mejor que su competencia directa, pero no contó con el apoyo que tuvo el formato con el que compitió. El betamax murió dándose por vencido y agonizando desde su nacimiento, en el año 1988.


'VHS': Hacer algo uno mismo solo te hace llegar rápido, hacerlo acompañado te hace llegar lejos


El VHS es el gran ganador en la batalla de estandarizar un formato de video casero en la historia de los reproductores domésticos. Fue creado y comercializado por la empresa JVC en el año 1976, y con la premisa de atraer compradores, la empresa intentó convencer a otras empresas del gremio de que el VHS era un formato atractivo y accesible para un hogar, y es que ofrecía, por una suma no muy elevada, poder reproducir e incluso grabar fácilmente contenido de la propia televisión, consiguiendo el apoyo de gran cantidad de desarrolladoras de futuros reproductores, como Philips o Thomson. La excusa para atraer a otras empresas fue la de hacer las licencias muy flexibles y baratas, con posibilidad de crear cintas de una mayor capacidad a la que se estaba acostumbrado y mucho más económicas, con una calidad de imagen y sonido más que aceptable, aunque por debajo de la calidad del Betamax.

El VHS llegó en el momento justo. Comenzó la moda de los videoclubs y el envío por catalogo de películas a los domicilios, y la gente empezó a comprar de forma disparatada uno de estos dispositivos, retroalimentando a la industria del cine, cuyas productoras estaban muy interesadas en sacar las películas en este formato, ya que, quien menos, tenia uno de estos reproductores. Pero NO era la industria cinematográfica de Hollywood la responsable de la compra masiva de estos; el motivo por el que se estandarizó este sistema fue bien distinto. 


Todo data del momento en el que comenzó la moda de los videoclubs y del envío de películas por catálogo. Jóvenes empresarios y cineastas empezaron a fabular con la idea de realizar películas de corte más casero para poder ofrecerlas dentro de un catalogo y cuyo atractivo era, por su corte independiente, que nunca se estrenarían en cines. Esto supuso el nacimiento de productoras independientes de serie B y Z, y entre ellas, se empezaron a distribuir películas con una alta carga de contenido sexual. Es así como comenzó el inicio de la industria pornográfica.

Si has visto series como 'The deuce' (David Simon, 2017) o 'Pam y Tommy' (Evan Goldberg y Seth Rogen, 2022) conocerás sobre el poder de la industria pornográfica en la época del VHS, que amasaba autenticas fortunas a niveles desproporcionados invirtiendo cantidades irrisorias. Los videoclubs ofrecían en salas separadas de la tienda (muy ocultas y discretas para pasar desapercibido si alguien se adentraba) piezas únicamente del genero, y sumando a que el envío de películas a domicilio era muy discreto, nadie podía resistirse a probar una de estas, al menos, una vez. Las productoras pornográficas confiaron en el VHS como único formato para la creación de contenido hasta muchos años después, y como todo el mundo compraba el reproductor VHS por este motivo, el cine se aprovechó del empujón y apoyaron el formato. Esto comenzó, sobre todo, en América, Japón y Alemania; cuando el reproductor empezó a llegar al resto del mundo, el mercado del cine ya estaba bastante asentado en general en todos sus géneros. No mucho más tarde, se cuantifico que de cada 100 personas que compraban un reproductor doméstico, 95 eran VHS; los restantes 5 eran Betamax. Esto duró hasta el año 2000, dejándole en un reinado indiscutible durante 25 años.


'LaserDisc': el disco hipervitaminado


Hubo muchos formatos que intentaron hacer rivalidad a lo largo del tiempo al asequible y sencillo VHS, pero pocos fueron tan curiosos y sentaron un precedente tan grande como el LaserDisc.

El Laserdisc, desarrollado por Philips en 1978, fue un formato muy parecido al Ted de Telefunken, con la diferencia de que los surcos del disco, eran realizados y leídos por un laser en lugar de una aguja, por lo que los problemas de desgaste ya estaban subsanados. Entre sutiles y chocantes diferencias con otros formatos, podíamos encontrar su medida (sus característicos 30 cm de diámetro) y una mejora absoluta en la calidad de imagen y sonido con respecto al VHS o al Beta.

Su alto coste en occidente, de nuevo, marcaba la diferencia para hacerse con el estándar. Fue el formato que, en cine, pretendió sustituir a la bobina de 35 mm; muchas películas se recibieron directamente en las salas en este formato. Como dato curioso, cuando su fabricación empezaba a ser medianamente rentable, en Japón se empezó a vender el reproductor a un precio muy parecido a cualquier VHS, incluso siendo más costoso fabricarlo que el precio al que se sacaba a la venta; la idea era subsanar esta pérdida económica con un precio aumentado en las películas LaserDisc. Con esta estrategia, se estimó que el 10% de los hogares llegó a poseer un LaserDisc. Esta estrategia comercial 'a pérdida' es muy utilizada a día de hoy en la venta de, por ejemplo, videoconsolas. 


El formato tenia bastantes otros pros que venían dados por sus características ópticas, como el dejar de rebobinar, pero tenia un contra que llamó mucho la atención por aquel entonces: el LaserDisc se podía romper y rallar con mucha facilidad

Muchas productoras arriesgaron sacando sus films en este formato estando absolutamente convencidas de que iba a vencer al VHS, siendo 'Tiburón' la primera película de una trayectoria que termino con 'Sleepy hollow' (en Japón duró un año más siendo su ultimo titulo 'Tokyo Riders'). Pioneer fabricó el último de estos reproductores en el año 2002; su ataúd fue definitivamente cerrado (y el de todos los formatos hasta entonces) por el nuevo mayor estándar por defecto que surgió del consenso en la venidera nueva guerra de formatos: el DVD.


'MMCD': La segunda gran guerra de formatos


Era el momento para que Sony cargara con todo y contra todos con su mejor caballo de batalla. En el año 1982, Sony y Philips (que venia de trabajar con el VHS) se aliaron para crear una tecnología que se hiciera con el nuevo estándar musical y olvidar el vinilo: el CD

Durante una larga época, el CD y el casete de música fueron binomio a lo largo de varias décadas y se convirtieron en las dos opciones reglamentarias para el consumo domestico de música. Este se convirtió en un dispositivo más versátil para usar en ordenadores, la herramienta que empezaba a despuntar en la época; de ahí, surgió la idea de usar CDs como método de gran capacidad para Juegos y archivos en general.

El formato digital del CD seguía la misma pauta tecnológica del LaserDisc, con sus bondades y carencias, así que Philips inventó una tecnología que capacitaría al formato de aliviar su principal pega: la fragilidad. Con una tecnología a la que llamó EFM plus, Philips reducía en un 6% la eficiencia del disco, pero al cambio, hacia al disco mas resistente a golpes y arañazos.

En 1996, con el público familiarizado con el formato óptimo por defecto en el terreno musical, Sony pensó en como aprovechar esta tecnología para ofrecer contenido multimedia dentro del mismo: es así como nació el MMCD, o CD Multimedia, que sería aprovechado tanto en la música (introduciendo videoclips o juegos de los grupos que se ejecutaban automáticamente si se metía el cd en un reproductor u ordenador) como en el campo del cine o la literatura digital. 

La batalla ahora iba a ser de los dos grandes del audiovisual (Sony y Philips) contra el resto del mundo audiovisual.


'SD': JVC prueba suerte de nuevo


En el mismo año 1996, surgió en paralelo la que sería competencia directa del formato de Sony: el SD.

Lanzado por Toshiba, Time Warner y Panasonic, contando con el respaldo de Pionneer, Thomson y JVC (responsables estos dos últimos del VHS) entraron de nuevo en una guerra de formatos con Sony y Philips. El formato del SD tenia dos grandes diferencias con respecto al MMCD: El SD tenía más capacidad (5 gigas), pero la tecnología de lectura, escritura y protección que implementaba (a la que llamaron ADIP) era costosa y técnicamente difícil de implementar en cada disco. Además, como ocurría con el LaserDisc o los vinilos, este disco tenia dos caras, mientras que el MMCD tenia una tecnología de capas, es decir, podías grabar varias veces en la misma cara del disco para así, incrementar su capacidad sin tener que sacar el disco y darle la vuelta para reproducir otra cara.

Hubo gran cantidad de pleitos entre todas las empresas implicadas en un periodo de tiempo muy corto, ya que se increpaban constantemente sobre que uno se estaba copiando del otro. Después de muchas batallas, en el año 1997, se llegó a algo inusitado en la batalla de formatos: un acuerdo.


'DVD': La unión hace la fuerza


Las compañías implicadas en la creación del MMCD y el SD decidieron unir fuerzas y crear un formato unificado que tuviera lo mejor de ambos productos y generar el que sería el estándar definitivo. 

Así nació el DVD en el año 1997, el disco de 4.6 gigas de capacidad y no 5, ya que al poseer el EFM (la tecnología que se creía mejor para este disco en consenso de todas las empresas y que venia del MMCD), le reducía el 6% de la eficiencia total a un disco basado en la tecnología de escritura laser del SD de 5 gigas de capacidad. Era una tecnología que mejoraba en todos los aspectos la calidad de la imagen dando una resolución estándar de 720 líneas, varios formatos de audio digital (Dolby Digital, DTS, y PCM) y la posibilidad de interactividad (los recordados menús).

Este formato fue el responsable de enterrar el cine analógico en los hogares definitivamente, un formato en el que reinó el VHS durante la friolera de casi 25 años.


'HDDVD': Una nueva guerra


Con la llegada de la alta definición, todo lo que fue paz se volvió hostilidad de nuevo por culpa del mercado del gaming. En el año 2006, Toshiba lanzó la evolución más natural del DVD, el HDDVD, un disco basado en la misma tecnología pero que ofrecía una lectura y escritura del surco del disco más detallada, pudiendo llegar a las 1080 líneas de definición. 

Esta tecnología contó con un fuerte, único e inesperado aliado en la que sería una nueva lucha de formatos: Microsoft. La empresa de las ventanas se alió con el creador del HDDVD con la intención de ser el formato estándar para la venta física de sus juegos en la nueva consola que estaba fabricando, que respondía al nombre 'Xbox'. El disco ofrecía 15 gigas de almacenamiento por capa, y una mejora en la calidad de audio del DVD.

La intención de Microsoft era la de apostar por un formato interesante que no estuviera asociado a una industria que fuera competencia; el tiempo le demostró que era una batalla perdida antes de empezar.


'Blu-ray': El último gran formato


Sony de nuevo entró a la carga con la idea de hacerse con el estándar del formato doméstico. La empresa ahora era MUY reconocida en todo el mundo por ser la productora de música más conocida, tener la consola de videojuegos más vendida, ofrecer los productos audiovisuales de mayor calidad y ser la Major con mayor inversión en el audiovisual.

La idea de llegar a tener el monopolio de la industria lleva a Sony a crear un formato nuevo en paralelo al HDDVD, esta vez desarrollando una tecnología mucho más evolucionada de la lectura y escritura digital a la que llamó Blu-ray, que salió a la venta en el año 2006.

La particularidad del Blu-ray es que utiliza una lectura laser con luz azul, en lugar de la lectura infrarroja del DVD y el HDDVD. Este laser azul, que es una tecnología más cara que la infrarroja, permite hacer surcos mucho más definidos en el disco y hacer más capas todavía, por lo que la capacidad de una capa del Blu-ray es de 25 gigas. Además, hicieron a este disco compatible con formatos de compresión más actuales. 

La mayor pega en su momento era que fabricar discos y reproductores con estas tecnologías suponía un mayor coste que un HDDVD, pero Sony contaba con el aliciente de ser "el gigante" por antonomasia en todas las industrias, por lo que todas las empresas restantes del mundillo no tuvieron otra opción que pasar por el aro de Sony. Además, Sony incorporó este formato a su nueva consola, llamada 'PS3', dando la opción de poder reproducir también en ella este formato; dado el éxito que tuvo en el pasado son su PlayStation 2 y el DVD, era una opción segura para las distribuidoras de cine.

En esta batalla, Sony se hizo rápidamente con el trofeo de la guerra de formatos tan solo compitiendo 2 años contra su contrincante, un agónico HDDVD que nació prácticamente muerto y sin contenido que ofrecer. El Blu-ray fue y es el último formato físico de reproducción de cine doméstico hasta la fecha, y el que cuenta actualmente con el monopolio. 

Su sucesor, el Blu-ray 4k o UHD Blu-ray, es una evolución natural basada en el mismo formato de lectura del disco Bluray convencional con la imagen mucho más comprimida.


Todo esto nos lleva hasta los días que vivimos hoy. Finalmente, internet y streaming acabaron por sobreponerse al formato físico debido a la comodidad que otorga; las distribuidoras aceptaron esta situación con gusto, ya que para ellas son solo beneficios. ¿Qué ocurrirá a partir de ahora? El tiempo nos lo dirá, pero todos deberíamos de saber ya que todo vuelve.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente