El cine contemporáneo es testigo de un fenómeno cultural curioso, y es que por encima de las divisiones de la industria y la sobreabundancia de figuras, pocos nombres logran alcanzar una fama atemporal, y uno de estos casos es el de Bruce Lee. A pesar de que muchos desconocen su filmografía o apenas saben sobre su vida, el impacto cultural de Lee está ahí, todo el mundo reconoce su nombre, todo el mundo sabe asociarlo a la figura de las artes marciales. Sin embargo (y esto, puede que por fortuna, se está perdiendo con el tiempo) su vida es toda una nube de teorías conspirativas.
Bruce Lee falleció el 20 de julio de 1973. La versión oficial de su muerte sostiene que el actor pereció debido a un edema cerebral, resultado de una reacción alérgica a un medicamento. No obstante, desde el mismo momento en que se conoció su deceso, comenzó el surgir de diversas teorías que apuntaban a un asesinato.
Algunos, incluso a día de hoy, sostienen que Bruce Lee fue víctima de una sociedad secreta oriental, que lo castigó por compartir los secretos de las artes marciales con los occidentales. Otros, afirman que la mafia china lo envenenó, motivada por la negativa de Lee a compartir sus ingresos y por lucrarse de su cultura sin ofrecer nada a cambio. También se cuenta que su padre, convencido de que la familia Lee estaba maldita, sostenía que el destino de su hijo estaba marcado desde su nacimiento.
La leyenda del dragón
Bruce Lee nació el 27 de noviembre de 1940 en San Francisco, en el seno de una familia de origen chino. Su padre, Lee Hoi Chuen, era un actor de ópera cantonesa y su madre, Grace Ho, que tenía ascendencia china y alemana, sostenía el hogar. Desde pequeño estuvo expuesto al mundo del entretenimiento y a la disciplina del kung-fu. A los 18 años, se trasladó a Estados Unidos, donde abrió una escuela de artes marciales en Seattle. Pronto, atrajo la atención de Hollywood, ya que la industria estaba muy interesada en abordar nuevos conceptos para el audiovisual de acción. Gracias a ello, consiguió papeles en series como 'El avispón verde' (1966) y 'Batman' (1966), antes de que el cine hongkonés le diera la oportunidad de convertirse en una estrella.
Sus películas 'Karate a muerte en Bangkok' (1971), 'Furia oriental' (1972) y 'El furor del dragón' (1972) lo convirtieron en un ídolo internacional, pero fue 'Operación Dragón' (1973) la que lo llevó al estrellato definitivo. Lamentablemente, Bruce Lee no viviría para ver el estreno de su película más icónica.
"Be Water, my friend"
El 20 de julio de 1973, Bruce Lee fue encontrado inconsciente en el apartamento de la actriz Betty Ting Pei. Según la versión oficial, había tomado un analgésico llamado Equagesic para aliviar un dolor de cabeza, sin saber que era alérgico a uno de sus componentes. La reacción fue tan severa que sufrió un edema cerebral que le causó la muerte.
Fuera de ser considerado un desafortunado accidente, esto se convirtió en la puntilla de todas las teorías de conspiración que arrastró durante toda su vida. Una de las principales razones de todas las sospechas fue la demora en la revelación de las circunstancias exactas de su muerte, y es que en un primer momento, se intentó ocultar que Bruce Lee había fallecido en casa de Betty Ting Pei, con quien se presupone tenía una relación extramarital. Su productor, Raymond Chow, trató de manejar la situación con discreción, lo que solo avivó las sospechas.
Una conspiración oriental
Es oportuno decir que la figura de Bruce Lee es, cuanto menos, controvertida. Pese a ser conocido en la actualidad como una de las figuras más sonadas en las artes marciales, en su día muchísimos en la industria criticaban su excesiva egolatría y le tildaban de persona absurdamente arrogante. Como prueba queda la escena de la película 'Erase una vez en... Hollywood', donde se deja ver como el propio Tarantino (muy fan del género de las artes marciales y buen conocedor del tema) le trata de absoluto cretino, consiguiendo granjear a su paso una seria polémica con la propia hija del actor.
Es precisamente este comportamiento del que hablamos el que le ponía en el punto de mira de muchas especulaciones, más aun sobre su muerte. La más popular y alocada es aquella en la que se dice que Bruce Lee violó un código ancestral al enseñar kung-fu a occidentales, y que fue castigado por una organización secreta de artes marciales. A modo casi paródico, algunos seguidores de las artes marciales creen que fue víctima del Dim Mak, un supuesto golpe letal que el propio Lee practicaba en la ficción y que se dice bloquea la energía vital del oponente, provocando la muerte horas o días después.
Una teoría reciente postula que lo que mató a Bruce Lee fue, casualmente, aquello de lo que más alardeaba: ser agua. Un equipo de investigadores españoles ha sugerido que padeció un episodio de hiponatremia, una intoxicación producida por el consumo excesivo de agua. Esta condición, que puede resultar conocida si se ve 'Segundo premio' de Isaki Lacuesta, ocurre cuando el cuerpo consume más agua de la que puede procesar, diluyendo los niveles de sodio en la sangre y provocando un desequilibrio en el organismo. El exceso de agua puede generarse por ingestas desmesuradas en poco tiempo o por un consumo sostenido durante varias horas, sobrepasando la capacidad de los riñones, que solo pueden eliminar entre 0,8 y 1 litro de agua por hora. Este problema es más común entre personas que realizan esfuerzos físicos extremos, y podría cuadrar con el fallecimiento de Bruce debido a su rutina de entrenamiento, su conocido consumo de marihuana (que podría provocar sed), una posible dieta deficiente en electrolitos y el uso de medicamentos diuréticos u opioides.
Otra teoría consolidada por su cine afirma que la mafia china exigía una parte de las ganancias que obtenía Bruce Lee. El actor, al negarse a la extorsión, fue presuntamente asesinado. A pesar de que no hay registros que vinculen a Bruce Lee con conflictos con alguna organización criminal, se sostiene que es una teoría con fundamento en vista, precisamente, de algo que se comenta a continuación.
Como se hablaba al comienzo, su padre sostenía firmemente la creencia de que los varones de la familia Lee estaban marcados por la mala fortuna y la muerte. Se desconoce si esta frase es retórica o si se debe tomar como algo literal debido a alguna circunstancia que se desconoce, pero lo que es cierto es que esta afirmación no fue estimada hasta que, precisamente, cogió fuerza con la trágica muerte del hijo de Bruce, Brandon Lee, durante el rodaje de la película 'El cuervo' (1993); un accidente que trae tras de sí una nueva ola de especulaciones debido a la tan extraña forma en la que ocurrió el suceso, y donde, como no podía ser de otra manera, se habla de ajustes de cuentas y de mafia china.
La caída del dragón
A pesar de todas estas especulaciones, la realidad es mucho menos llamativa. Recientemente se confirmó que Bruce Lee sufrió ciertamente un edema cerebral debido a una reacción alérgica al Equagesic. El documento de deceso confirma que no se encontraron signos de envenenamiento ni indicios de que hubiera sido atacado, para más inri, su historial médico dictaba diagnósticos que señalaban que ya había sufrido episodios previos de hinchazón cerebral, como por ejemplo le ocurrió dos meses antes durante la producción de 'Operación Dragón'.
El hecho de no hacer visible la muerte de Bruce de forma inmediata era, básicamente, por no saber actuar debido a que cuando Bruce murió, se encontraba en el domicilio de una mujer ajena a su matrimonio.
Eso si, los médicos creen que es probable que su estilo de vida y su bajo porcentaje de grasa corporal contribuyeran a su vulnerabilidad ante la reacción alérgica. Bruce Lee era conocido en los sets por mantener una dieta enfermizamente estricta (MUY estricta); además, entrenaba de forma extenuante y dormía tan solo 4 horas al día. Todo esto, se piensa, pudo haber debilitado su organismo.
En esencia, la falta de transparencia, la tardía intervención de Raymond Chow, la naturaleza inesperada del fallecimiento y el desquiciante estilo de vida de Bruce Lee alimentaron todas esas teorías de conspiración. Sin embargo, la ciencia y la medicina han explicado de manera contundente lo que ocurrió; aun así, a día de hoy se piensa que existe algo más que conecta todo, en parte a la frase que pronunció el patriarca Lee. En vista de todo, lo único que se podría decir es que, en la cultura china, un dragón es longevo, pero no inmortal.