Philip Barantini llega al mainstream y da un nuevo golpe sobre la mesa con su nueva miniserie. Tras la intensidad de la muy recomendable 'Boiling Point' (hermana en estilo de esta serie y que existe en formato corto, película y miniserie), el director británico vuelve con 'Adolescencia', una serie que apuesta de nuevo por la crudeza elegante para contar una historia sobre la adolescencia de hoy, pero que va dirigida a los adultos de siempre. En una serie de interminables y angustiosos planos secuencia, Barantini ofrece un drama generacional que trata sobre la violencia juvenil, sobre el impacto de las redes sociales y sobre la fuerte radicalización de los adolescentes. La historia comienza con la detención de Jamie Miller, un chico de 13 años acusado de asesinar a una compañera de clase; por otro lado, conocemos a su padre (interpretado por un majestuoso Stephen Graham) una persona que se ve arrastrada hacia un relato incómodo sobre las dobleces de la educación y la responsabilidad parental. 'Adolescencia' es, desde YA, la apuesta más contundente del año para la pequeña pantalla.
1. No pares
Lo relevante, estilísticamente hablando, es que cada uno de los cuatro episodios de 'Adolescencia' está grabado en una sola toma continua, sin cortes. Esta técnica se la conoce como "plano secuencia", y ya fue utilizada por Barantini en trabajos anteriores como 'Boiling Point'; eso sí, aquí se encuentra a un nivel técnico MUY alto. Con este recurso, Barantini busca generar tensión y dar autenticidad a una narrativa que expone de manera muy inteligente.
2. El problema de la adolescencia es un problema de adultos
La serie expone la radicalización juvenil, la violencia entre adolescentes y la influencia de las redes sociales en un cóctel mortal de necesidad como lo es la propia adolescencia. A través de la historia de Jamie Miller, un niño de 13 años acusado de asesinar a una compañera de clase, la miniserie da a entender que la falta de supervisión parental puede conducir a una situación que nadie cree posible visitar.
3. Las redes sociales
La serie se nutre de la actualidad para hablar sobre la realidad de los adolescentes en la era digital. Nos fuerza a comprender cómo se manifiesta la desconexión entre padres e hijos en relación con el mundo de las redes y subraya la necesidad de una mayor atención y comunicación para prevenir situaciones catastróficas que se pueden evitar.
4. Los incel
La serie no se conforma con retratar la violencia juvenil como un fenómeno per se, sino que concretamente señala al contenido misógino de las comunidades incel y su influencia en adolescentes vulnerables. La serie expone cómo los discursos de odio, disfrazados del victimismo y camaradería propios de las comunidades incel, pueden seducir a jóvenes en busca de identidad, para acabar siendo víctimas y victimarios en un ciclo de resentimiento misógino. Barantini busca señalar el problema de la existencia de colectivos que, por muy ridículos que puedan parecer si se les define, tienen un poder de movimiento de masas muy fuerte, y que en el mundo adulto nadie conoce de su existencia.
