'Like a dragon: Infinite wealth' - Los cactus

La saga de videojuegos Yakuza ha tenido impacto tanto en su industria como en la cultura popular desde su debut en 2005. Creada por SEGA bajo la dirección de Toshihiro Nagoshi, Yakuza (conocida como Ryū ga Gotoku en Japón, que significa "Como un dragón", de ahí que haya sido traducido ahora en occidente y a partir de su séptima entrega como 'Like a dragon') es más que una simple serie de juegos de acción. Mezcla una narrativa exquisita a caballo entre el drama y la comedia, con un combate beat 'em up en algunos juegos y en otros el RPG por turnos; y no es ninguna locura decir que 'Like a dragon' es un fenómeno de culto a nivel mundial.

Uno de los aspectos que son sello de esta saga es su capacidad para mezclar elementos que aparentemente no deberían encajar. 'Yakuza' (o 'Like a Dragon') es conocido por su trama seria donde se ahonda en el honor, la redención, el sacrificio y la traición de sus personajes dentro del crimen organizado japonés. Al mismo tiempo, está repleto de momentos absurdos y personajes excéntricos que hacen que el mundo del juego sea un amalgama de contrastes.

Si algo destacaría cualquier jugador frente a todas sus bondades, sería que la saga Yakuza es una fuente inagotable de personajes inolvidables, ya sea Kazuma Kiryu, el protagonista principal de la mayoría de la saga, o Ichiban Kasuga, su sucesor espiritual y protagonista de los nuevos títulos.

Los jugadores no solo disfrutan de las tramas criminales, sino también de las abundantes y creativas distracciones que el juego ofrece a través de sus minijuegos y misiones secundarias, que refuerzan la conexión con los personajes. Desde la gestión de un club nocturno o una fábrica de galletas, hasta carreras al estilo Mario Kart, competiciones de Scalextric, parodias de Tinder, Pokémon o incluso Animal Crossing, Yakuza integra una asombrosa variedad de experiencias que, en muchos casos, podrían sostenerse como juegos en sí. Este pastiche de elementos hace del mundo de Yakuza un universo, cuanto menos, fascinante.

En uno de estos minijuegos del juego de la saga conocido como "Like a Dragon: Infinite Wealth", uno de los personajes que acompaña al protagonista en su aventura comparte una curiosa información sobre los cactus.


Desde el minuto 12:24 hasta el 13:00, el personaje llamado Chitose comenta que, si existiera una forma de comparar el coeficiente intelectual de los cactus con el de los humanos, estos tendrían un coeficiente intelectual de 3. Para refutar su teoría, Chitose dice, entre otras curiosidades, que los cactus poseen la capacidad de comunicarse entre ellos.

Sabemos que el estudio de la saga de juegos tiene por costumbre aderezar sus obras con grandes píldoras de desvarío, pero por increíble que parezca, lo que dice Chitose es, bajo una perspectiva científica, cierto.


La vida secreta de los cactus


Los cactus, pertenecientes a la familia Cactaceae, remontan su existencia a millones de años atrás. Se cree que estas plantas suculentas se originaron en América del Sur y América del Norte, donde han evolucionado para adaptarse a los climas áridos y desérticos de estas regiones. Su desarrollo está relacionado con las condiciones climáticas de la era Cenozoica, hace aproximadamente 30 millones de años, cuando el continente americano comenzó a experimentar cambios en su geografía y clima.

La evolución de los cactus viene definida por su habilidad para almacenar agua y sobrevivir en condiciones extremas. A lo largo de los milenios, estos vegetales han desarrollado características únicas para el mundo de las plantas, y los más obvios son sus tallos carnosos y espinosos, que les permiten minimizar la pérdida de agua y protegerse de los herbívoros. A diferencia de muchas otras plantas, los cactus han eliminado la necesidad de hojas, que se han transformado en sus características espinas, lo que no solo les ayuda a conservar la humedad, sino que también les brinda sombra y reduce la temperatura en su superficie.

Como curiosidad, los cactus han sido parte integral de las culturas indígenas de América. Estas comunidades han utilizado los cactus tanto como fuente de alimento como para fines medicinales. Por ejemplo, el nopal, un tipo de cactus, es un alimento básico en la dieta mexicana, y sus frutos, conocidos como tunas, son populares por su valor nutricional. Con el tiempo, los cactus han encontrado también su lugar en jardines y hogares de todo el mundo, admirados por su belleza y, sobre todo, por su resistencia.

Se sospecha que hay muchas cosas de los cactus que aun no se conocen.


Un símbolo de resiliencia y resistencia


Es común oír que colocar un cactus cerca de algún electrodoméstico puede ayudar a evitar la radiación electromagnética que desprende porque es absorbida por este. Aunque todas las plantas, incluido el cactus, absorben radiación, esta es una afirmación que hay que coger con pinzas, porque no existe un estudio que afirme que esto implique a la radiación electromagnética de un electrodoméstico, sino únicamente a la radiación solar; es más, en caso de que definitivamente un cactus puede absorber radiación de un electrodoméstico, de seguro no absorbe una cantidad mínimamente significativa para que notemos la diferencia. Eso si, es cierto que los cactus son excepcionalmente resistentes al estrés ambiental en comparación con otras especies vegetales. Es por ello que, en una de estas situaciones, mientras una planta podría morir por radiación, el cactus podría seguir vivo. Esta resistencia se debe a su adaptación evolutiva, que le permite prosperar en condiciones adversas.

Los cactus poseen tejidos especializados que les permiten almacenar grandes cantidades de agua, lo que les ayuda a sobrevivir durante períodos prolongados sin lluvia. Su estructura corporal actúa como una reserva de agua, lo que les permite aguantar sequías. Además, la mayoría de los cactus cuentan con una cutícula cerosa en su superficie que minimiza la evaporación y la exudación, ayudándoles a conservar la humedad interna.

A diferencia de muchas otras plantas, los cactus no tienen ramas ni hojas. En su lugar, algunas especies han desarrollado espinas, que no solo los protegen de los herbívoros, sino que también reducen la superficie expuesta al aire, disminuyendo así la pérdida de agua.

Para maximizar su eficiencia en la captación de recursos, los cactus emplean un tipo de fotosíntesis conocido como metabolismo ácido de las crasuláceas (CAM). Este proceso les permite abrir sus estomas durante la noche para absorber dióxido de carbono, lo que evita la pérdida de agua durante las horas calurosas del día.

Los cactus son capaces de soportar tanto altas temperaturas durante el día como frías por la noche; algunas especies incluso resisten heladas. Su sistema radicular es igualmente adaptable, desarrollando raíces extensas y poco profundas que captan la humedad de la lluvia rápida, como también pueden formar raíces más profundas para acceder a fuentes de agua subterránea. Además, siempre que puedan, los cactus crecerán con tendencia a áreas donde reciban sombra parcial de otras plantas o rocas para, así, evitar el estrés por calor y deshidratación.

Gracias a estas adaptaciones, los cactus son verdaderos supervivientes en ambientes extremos, lo que les convierte en las plantas (y posiblemente, en los seres) que mejor representan la resiliencia en la naturaleza.


El lenguaje de los cactus


La afirmación que Chitose ofrece en Infinite Wealth sobre los cactus, como no podía ser de otra manera, debe ser matizada para evitar posibles confusiones. Los cactus tienen formas interesantes de comunicación, pero no se comunican 'al uso' en el sentido tradicional como lo hacen los animales o incluso otras plantas. En lugar de emitir sonidos o señales visuales, los cactus utilizan métodos más sutiles, y no solo uno.

Los cactus pueden liberar compuestos volátiles a través de sus tejidos. Estos compuestos químicos pueden actuar como señales para otros cactus cercanos. Por ejemplo, cuando un cactus está siendo atacado por insectos o patógenos, puede liberar sustancias químicas que alertan a otros cactus en la zona, lo que les permite al resto de cactus a prepararse para posibles amenazas y adaptarse.

Muchos cactus tienen relaciones simbióticas con hongos y bacterias en el suelo. Estos microorganismos pueden ayudar a los cactus a absorber nutrientes y agua, pero también pueden facilitar la comunicación entre las plantas a través del sistema radicular. Las raíces de los cactus pueden conectarse con las raíces de otras plantas y compartir nutrientes y señales químicas. Este fenómeno se conoce como "redes de micorrizas", donde los hongos conectan las raíces de diferentes plantas, facilitando el intercambio de información y recursos.

Cuando un cactus está en peligro o estresado, puede liberar exudados en el suelo que son percibidos por otros cactus, lo que les permite reaccionar ante la amenaza, e incluso, ayudar de diferentes formas.

Algunos estudios sugieren que los cactus, pueden generar señales eléctricas que se propagan a través de sus tejidos. Estas señales pueden actuar como respuestas a factores ambientales o como alertas a otras partes de la planta o incluso a otras plantas cercanas.

De estas posibles 'conversaciones' entre ellas, los cactus pueden ajustar su crecimiento en respuesta a las condiciones de otros cactus. Por ejemplo, si un cactus percibe que podría competir por recursos con otro cactus, puede desarrollar raíces más profundas para no molestar o crecer en una dirección diferente.


Los cactus nos muestran cómo se puede prosperar con pocos recursos, comunicándose para no molestarse y alertar a los demás de su especie con posibles amenazas o beneficios. Su resistencia habla de la importancia de la eficiencia y la simplicidad en la vida, un ejemplo de cómo enfrentarse a entornos complicados aprovechando al máximo lo que se tiene. Dicho todo esto ¿Te atreverías a decir, como Chitose, que el coeficiente intelectual de un cactus puede ser 3, si conocemos que el IQ promedio del ser humano es 90 y no hace correctamente ni la mitad de lo que hace un cactus?

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